Al teatro, al concurso, al aficionado. Al teatro por todo lo que representa, por toda la gente que se ha dejado el alma cantando en esas tablas. Al concurso por el resto de participantes que traen cosas dignísimas que hacen disfrutar de un mes de locura carnavalesca. Al aficionado que compra una entrada, que no es fácil de conseguir ni es barata, y al que escucha hora tras hora en la tele y en la radio el concurso. Respeto.No se puede venir al Falla a hacer el mamarracho. No vale con llegar y cantar un primer pasodoble elogiando a Cádiz y dándose la enhorabuena por pisar por fin (maldita la hora) el escenario del Gran Teatro Falla. O dejarse atrapar por el conformismo de "esto es lo que traemos y lo hemos defendido...". Pues para eso no traiga usted nada, creo que es más digno perder la fianza que se entrega para el concurso por incomparecencia que comparecer y torturar al respetable. O vaya usted a cantar directamente a la calle como buena ilegal. Aunque quizás las reinas de la calle no merezcan ser comparadas con las sobras del concurso. Ya ha habido varias agrupaciones este año que se han comportado de esta manera y cada vez me gusta menos. Menos mal que el público es soberano y al que pasa de puntillas por el Falla se lleva su buena ración de cachondeo por parte del gallinero.
Para aquellos que estén pensando en participar en las próximas ediciones, que escuchen la presentación de "Los Principiantes", comparsa de Antonio Martín en 1995. Toda una declaración de humildad para las agrupaciones que llegan nuevas al concurso. Aquí os la dejo:
