jueves, 24 de febrero de 2011

A una copla miserable

Hoy me permito contestarle a Juan Carlos Aragón, pues no puedo estar menos de acuerdo con su pasodoble sobre la huelga de controladores aéreos.
No se por qué lo ha hecho, si es parte de su afán de no dejar indiferente a nadie o realmente es lo que piensa. 
Deja usted mucho que desear.
Aquel 3 de diciembre no solo se quedaron señoras ricas sin su viaje a Nueva York. He de decirle, por ejemplo, que era la fecha elegida por muchos sudamericanos para volver a casa por navidad y regresar tras los reyes disfrutando así de su mes de vacaciones. Y se lo digo con conocimiento de causa, pues trabajo en una agencia de viajes y me toco sufrir la huelga, a mi y a mis clientes. Muchos de ellos como ya he dicho volvían a su país y por la huelga salvaje de unos indeseables se quedaron tirados. Llevaban todo el año ahorrando, gente trabajadora, esa que usted tanto defiende. Les ofrecieron el reembolso, pero ellos no quería el dinero, querían volver a casa y debido a la alta ocupación de los vuelos en las fechas siguientes ya no pudieron.
A usted en su pasodoble solo le ha dado por acordarse de la "clase rica" y le vuelvo a decir que no es así, que su lectura sobre la huelga es la más erronea que se puede hacer. Se da el caso de que mi agencia se encuentra en un barrio obrero, y muchos de estos se quedaron en la estacada sin poder disfrutar de un puente que se habían ganado y pagado con el sudor de su frente.
Porque usted no tuvo que llamar a nadie para decirle que no iba a tener vacaciones. Ni hablo con ningún responsable de ningún touroperador y se dio cuenta de cuanto estaban sufriendo in situ, viendo que vuelos y viajes programados durante meses se iban al traste en un abrir y cerrar de ojos. Ya solo les quedó llamar uno por uno a los clientes y pedir disculpas por algo de lo que no eran responsables. Aquellos días empresas como la mía y muchas otras similares perdieron mucho dinero, y esas empresas tienen empleados a los que pagar al final de mes.
¿No tiene la gente, independientemente de la coyuntura económica actual e independientemente de su clase social derecho a viajar? Aquel día TODO EL MUNDO se quedó sin viajar, bien por motivo vacacional o motivo profesional. Sí profesional, miles de trabajadores, esos que usted "defiende", se quedaron tirados. Negocios sin atender, acuerdos sin cerrar. Y la mayoría sin poder volver a casa tras viajes de trabajo.
Y no hablemos de los trabajadores de los servicios aeroportuarios que se vieron afectados. Empleados de compañías aéreas que tuvieron que aguantar el tirón, en los mostradores de las compañías, aguantando sin culpa la ira de los usuarios. Y también de servicios de hostelería y limpieza en los aeropuertos que tuvieron que hacer horas extras y también, por qué no, aguantar el tirón. El ambiente le garantizo que era el más desagradable para trabajar.
Mire ¿sabes que le digo? No se cague tanto en los muertos del que aun pueda viajar, porque el día que la gente ya no pueda viajar, como a usted le gustaría, yo me quedaré en el paro y me tendré que joder.
JÓDASE USTED SI NO PUEDE VIAJAR.

Por cierto, para que no piense como en aquel pasodoble de Araka la Kana, se lo firmo con mi nombre y apellidos:
Miguel Sánchez-Polack Rodríguez.